Las claves del conflicto de Ucrania


Una aproximación a Ucrania

Ucrania es un país de este de Europa europeo, que limita con Rusia, Bielorrusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia. Su capital es Kiev, que posee 2,7 millones de habitantes.

La historia moderna de Ucrania comienza en el siglo IX, al ser habitada por los eslavos orientales. El estado, conocido como Rus de Kiev, se desintegró en el siglo XII. En los siglos XVI y XVII, forma parte de la Mancomunidad de Polonia-Lituania, conocida en su época como República de las Dos Naciones o Mancomunidad de las Dos Naciones. Después de la Gran Guerra del Norte, a principios del siglo XVIII, Ucrania fue dividida entre varios de los poderes regionales y en el siglo XIX, la mayor parte del territorio se integró al Imperio ruso, con el resto bajo el control del Imperio austrohúngaro.

Tras un período caótico de guerras y varios intentos de independencia, en 1922 Ucrania surgió como una de las repúblicas fundadoras de la Unión Soviética. El territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania fue ampliado hacia el oeste poco antes y después de la Segunda Guerra Mundial y nuevamente en 1954 con la transferencia de Crimea. En 1945, la república socialista soviética de Ucrania se convirtió en uno de los miembros fundadores de la ONU.

Ucrania alcanzó su independencia tras la disolución de la Unión Soviética en 1991. Entonces comenzó una transición hacia una economía de mercado, durante la cual Ucrania fue afectada por una recesión que duró ocho años. Sin embargo, a principios del siglo XXI la economía ha experimentado un desarrollo estable con un crecimiento medio del PIB del 7% anual.

Desde el fin de la Unión Soviética, Ucrania sigue manteniendo el segundo ejército más grande en Europa, después de Rusia. El país tiene 46,2 millones de habitantes, 77,8% de los cuales son ucranianos étnicos, con minorías considerables de rusos, bielorrusos y rumanos. El ucraniano es el único idioma oficial, aunque el ruso también es ampliamente hablado. La religión dominante en el país es el cristianismo ortodoxo, que ha influido en gran medida la arquitectura, la literatura y la música del país.


Ucrania en la primera mitad del siglo XX

Al iniciarse la Primera Guerra Mundial, el territorio de Ucrania estaba dividido entre Austria y Rusia. Ucrania luchó al lado de las Potencias Centrales y de la Triple Entente al mismo tiempo; 3,5 millones de ucranianos lucharon con el ejército ruso imperial, mientras que 250.000 ucranianos lucharon para el ejército Austrohúngaro. Tras el colapso de los imperios ruso y austrohúngaro tras finalizar la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa de 1917, reapareció el movimiento nacional ucraniano para la independencia. Entre 1917 y 1920, surgieron varios estados ucranianos autónomos: la República Popular Ucraniana, el Hetmanato, el Directorio de Ucrania y la República Socialista Soviética de Ucrania se establecieron sucesivamente en los antiguos territorios del Imperio ruso; mientras que en el antiguo territorio austro-húngaro brevemente surgió la República Nacional de Ucrania Occidental. A la derrota de Ucrania occidental en la guerra entre Polonia y Ucrania le siguió el fracaso de la ofensiva polaca que fue repelida por los bolcheviques. Ucrania y Polonia firmaron una alianza anti-soviética (Acuerdo de Varsovia de 1920). De acuerdo a la Paz de Riga, celebrada entre los soviéticos y Polonia en marzo de 1921, Ucrania occidental se incorporó oficialmente a Polonia que reconocía a su vez a la República Socialista Soviética de Ucrania, la cual posteriormente se hizo uno de los miembros fundadores de la Unión Soviética en diciembre de 1922.

Pero tras la revolución, Ucrania se hallaba devastada, con más de 1,5 millones de muertos y cientos de miles sin hogar. El gobierno soviético fue tolerante con Ucrania durante la década de 1920. La cultura nacional y el idioma ucraniano disfrutaron de un renacimiento, ya que la ucranianización se convirtió en una aplicación local de la política soviética de la Korenización (literalmente "indigenización"). Los bolcheviques también se comprometieron a introducir atención a la salud, educación y seguridad social con múltiples beneficios, así como el derecho al trabajo y a la vivienda. Los derechos de la mujer se incrementaron considerablemente a través de nuevas leyes que pretendían eliminar las desigualdades sociales. La mayoría de estas políticas fueron bruscamente suprimidas a comienzos de la década de 1930, después de que Stalin gradualmente consolidara su poder para convertirse en el líder de la Unión Soviética.

Desde finales de la década de 1920, Ucrania se había industrializado, cuadruplicándose su producción industrial, pero esta industrialización tuvo un alto coste para los campesinos, que eran demográficamente la columna vertebral de la nación ucraniana. Para lograr la demanda de alimentos cada vez mayor del Estado y financiar la industrialización, Stalin creó un programa de colectivización, mediante el cual, el Estado se apropiaba de las tierras y el ganado de los campesinos, agrupándolas en granjas colectivas, haciendo cumplir esta política por medio de las tropas regulares y la policía secreta. Quienes se resistieron fueron arrestados y deportados, mientras el estado bolchevique siguió demandando la misma producción por lo que al haber menos campesinos, aumentando la cuota individual de producción de cada uno de ellos, al igual que su miseria. La colectivización tuvo un efecto devastador en la productividad agrícola. Los miembros de las granjas colectivas no podían recibir grano hasta que se hubieran cumplido unas cuotas inalcanzables y el hambre en la Unión Soviética se hizo generalizada. Entre 1932 y 1933, millones murieron a causa de una hambruna provocada por esta política, conocida como Holodomor. Aún se debate sobre si esta hambruna puede o no ser considerada como genocidio, pero para el parlamento ucraniano y para más de una docena de países sí lo fue.

Al tiempo, los líderes de la política y cultura nacional ucraniana, fueron a menudo acusados de desviaciones nacionalistas. Dos olas de represión política estalinista y la persecución en la Unión Soviética (1929-1934 y 1936-1938) dieron lugar a la matanza de alrededor de 681.692 personas, que suponía cuatro quintas partes de la élite cultural ucraniana y tres cuartas partes de los oficiales de alto mando de todo el ejército rojo.

Tras la invasión de Polonia en septiembre de 1939, las tropas alemanas y soviéticas se dividieron el territorio polaco. Las regiones de Hálych y Volinia con su población ucraniana volvieron a unirse con el resto de Ucrania. La unificación del país, alcanzada por primera vez en su historia, fue un acontecimiento decisivo en la historia de la nación.

El ejército alemán invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, iniciando con ello cuatro años de guerra brutal. Las fuerzas alemanas avanzaron rápidamente a pesar de los esfuerzos desesperados pero infructuosos del Ejército Rojo. En el sitio de Kiev, la ciudad fue aclamada como una "Ciudad Heroica", por la resistencia que ofrecieron tanto el ejército rojo como la población local. Inicialmente, los alemanes fueron recibidos como libertadores por algunos ucranianos occidentales, que se habían unido a la Unión Soviética apenas en 1939, pero el brutal régimen nazi en los territorios ocupados finalmente convirtió a sus partidarios en opositores. Los administradores alemanes de los territorios soviéticos conquistados hicieron muy poco para aprovechar el descontento de la población ucraniana con el régimen estalinista y sus políticas económicas, mientras conservaban el sistema de granjas colectivas, llevando a cabo algunas de las políticas genocidas contra los judíos y comenzaron una despoblación sistemática de Ucrania para prepararla para la colonización alemana. El total de pérdidas humana de la población ucraniana durante la guerra se estiman entre cinco y ocho millones, incluyendo más de medio millón de judíos asesinados por los nazis, en ocasiones ayudados por colaboradores locales. De las tropas soviéticas caídas frente al ejército alemán, estimadas en 8,7 millones, 1,4 millones eran ucranianos. El Día de la Victoria se celebra como una de las diez fiestas cívicas en Ucrania.

La república ucraniana fue fuertemente dañada por la guerra, necesitándose esfuerzos significativos para su recuperación. Se destruyeron más de 700 ciudades y más de 28.000 pueblos y aldeas. La situación fue agravada por una hambruna en los años 1946 y 1947, causadas por la sequía y los daños en infraestructuras, llevándose decenas de miles de vidas.


Ucrania en la segunda mitad del siglo XX

En 1945 Ucrania fue uno de los miembros fundadores de la Organización de las Naciones Unidas. Tras la muerte de Stalin en 1953, Nikita Jrushchov se convirtió en el nuevo líder de la Unión Soviética y tras tomar el liderazgo de toda la Unión, comenzó a estrechar la amistad entre las naciones de Ucrania y Rusia.

En 1950, la república de Ucrania había superado plenamente los niveles de industria y producción que tenía antes de la guerra. Durante el plan quinquenal de 1946-1950, casi el 20% del presupuesto de la Unión Soviética fue invertido en Ucrania. La Ucrania soviética se convirtió en uno de los líderes europeos en producción industrial, así como en un importante centro de la industria armamentística y de investigación de alta tecnología, dando como resultado una gran influencia de la élite local. Muchos líderes soviéticos eran originarios de Ucrania, como Leonid Brézhnev, quien más tarde derrocaría a Jrushchov y se convertiría en el líder soviético desde 1964 a 1982, así como muchos deportistas, científicos y grandes artistas. El 26 de abril de 1986, el reactor de la Central Nuclear de Chernóbil estalló, provocando el desastre de Chernóbil, el peor accidente de un reactor nuclear en la historia.

Tras lograr su independencia, en diciembre de 1991, Ucrania se convirtió en uno de los países fundadores de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Tras la descomposición de la Unión Soviética, un mes después de la declaración de soberanía de Rusia, el 16 de julio de 1990, el nuevo parlamento ucraniano firmó la Declaración de Soberanía Estatal de Ucrania, estableciendo los principios de la libre determinación de la nación ucraniana, la democracia, la independencia política y económica y la prioridad de la ley de Ucrania sobre la ley soviética en el territorio ucraniano.

Esto dio lugar a un periodo de enfrentamiento entre el Soviet central y las nuevas autoridades republicanas. En agosto de 1991, una facción de los líderes comunistas de la Unión Soviética intentó dar un golpe de estado para eliminar a Mijaíl Gorbachov y restaurar el poder del Partido Comunista. Después de que el intento fracasó, el 24 de agosto de 1991, el parlamento ucraniano aprobó la Declaración de Independencia de Ucrania, en la cual se establece al país como un estado independiente y democrático, teniendo lugar eses mismo año un referéndum y las primeras elecciones presidenciales, con más del 90% de los ucranianos expresando su apoyo a la Declaración de Independencia y eligieron al presidente del parlamento. El 8 y 21 de diciembre, en las reuniones de Belavezha y Almatý, los líderes de Bielorrusia, Rusia y Ucrania, formalmente disolvieron la Unión Soviética y formaron la Comunidad de Estados Independientes (CEI).


Ucrania en los últimos años 

Ucrania era considerada como una república con favorables condiciones económicas en comparación con las demás regiones de la Unión Soviética, pero el país sufrió una desaceleración económica más profunda que las otras ex repúblicas soviéticas. Durante la recesión vivida entre los años 1991 y 1999, Ucrania perdió el 60% de su PIB y sufrió de tasas de inflación de cinco dígitos. Insatisfechos con las condiciones económicas, así como con el crimen y la corrupción, los ucranianos organizaron protestas y huelgas. La economía ucraniana fue estabilizándose a finales de la década de 1990.

Desde el año 2000, Ucrania ha disfrutado de un desarrollo económico estable con un crecimiento promedio anual de alrededor del 7%. En 1996 aprobó una nueva constitución, que convirtió a Ucrania en una república semipresidencialista y estableció un sistema político estable. Sin embargo, el sucesor de Kravchuk, el primer presidente, Leonid Kuchma fue criticado por sus opositores por concentrar gran parte del poder en su oficina, además de corrupción, transferencia de propiedad pública a manos privadas, falta de libertad de expresión y fraude electoral.

En 2004, el primer Ministro Viktor Yanukóvich, fue declarado el ganador de las elecciones presidenciales, que habían sido en gran medida manipuladas, como la Suprema Corte de Ucrania dictaminaría más adelante. Los resultados provocaron una protesta pública en apoyo del candidato de la oposición, Víktor Yúshchenko, que quiso impugnar los resultados y condujo la pacífica revolución naranja.

Durante la campaña electoral, Yuschenko fue envenenado en septiembre de 2004, después de haber cenado con altos funcionarios de los servicios secretos, sin la presencia de su personal de seguridad. La sospecha recayó sobre círculos pro-rusos que se oponían a su victoria. Desde entonces sus síntomas y sus sospechas fueron creciendo hasta que decidió viajar a Austria para hacerse examinar. En diciembre fue internado en una clínica en Austria donde se le diagnosticó envenenamiento con dioxina, llegando a tener la segunda concentración más alta de dioxina que se ha medido en una persona viva, quedando su rostro desfigurado por la dioxina. Los efectos de la exposición al veneno aumentaron su vulnerabilidad de sufrir un ataque al corazón, cáncer o diabetes. Después de realizarse los análisis químicos, se determinó que el producto utilizado fue el TCDD, producto utilizado durante la Guerra de Vietnam para fabricar el desfoliante agente naranja, y que sólo se produce en Rusia, Estados Unidos y Gran Bretaña.

Víktor Yúshchenko
Víktor Yúshchenko
La revolución llevó al poder a Viktor Yúshchenko y a Yulia Timoshenko. Sin embargo, en 2006 Yanukóvich se convirtió en primer ministro una vez más hasta que las elecciones al Parlamento Ucraniano de 2007 llevaron a Timoshenko de vuelta al cargo de primer ministro.

Los conflictos con Rusia sobre el precio del gas natural detuvieron brevemente todos los suministros de gas a Ucrania en 2006 y 2009, lo que condujo a la escasez de gas en otros países europeos.


Los disturbios

No estamos ante una revolución de terciopelo como la revolución naranja de 2004. La protesta que estalló contra el presidente Viktor Yanukóvich, salió de unas elecciones libres y bastante limpias, por su negativa repentina a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Las encuestas muestran que la mayoría de los ucranianos está a favor de más integración con Europa. El núcleo de las protestas en Kiev recibe el apodo de Euromaidan (Europlaza).

Varios grupos de extrema derecha han montado barricadas. No se sabe con exactitud qué importancia tienen. Si bien existe un sector extremista, violento y neonazi, en particular un grupo llamado Martillo Blanco, casi todos los activistas de la derecha se consideran revolucionarios nacionales que luchan por la independencia frente a Rusia. Entre los participantes extremistas se cuentan Svoboda, partido de ultraderecha, con discursos racistas contra rusos y judíos, con reivindicación de los colaboracionistas pronazis y antisoviéticos de la Segunda Guerra Mundial, y que posee representación parlamentaria. En las manifestaciones además de las banderas azules de Svoboda, se han visto banderas rojinegras de la UPA, el ejército colaboracionista antisoviético de la Segunda Guerra Mundial.

Pero el mayor grueso de los manifestantes son jóvenes de clase media, con estudios, con ideología o programa político poco definido, cuyo nexo de unión es la insatisfacción social. Hay un sentimiento popular de corrupción generalizada del gobierno de Yanukovich, compuestos por cuadros exsoviéticos y oligarcas, que unido a la grave crisis económica y graves restricciones en la legislación de derechos y libertades, han generado un clima de insatisfacción.

Yanukóvich actuó con mano dura, en especial a través de su milicia Berkut, lo que contribuyó a exacerbar los ánimos. Se ha hablado de abusos, palizas, disparos y humillaciones, que han enardecido aún más los ánimos. Pero tampoco los manifestantes se quedaron atrás: uso de excavadoras contra la policía, uso de gases, cocteles molotov, bengalas, asalto violento al Parlamento ucraniano y al Ayuntamiento de Kiev. El resultado ha sido de varios muertos y cientos de heridos tanto entre los manifestantes como en la policía.

En todo caso, hay que huir de explicaciones simplistas. Ucrania es hoy en día un Estado independiente y democrático. La causa no es tan sólo el ser territorio en disputa entre Europa Occidental y Rusia. No es por ser Yanukovich proruso, pues ha tenido muchos roces con el país vecino. Ni por la necesidad de que salga Ucrania de la órbita rusa, tampoco de la supuesta colonización europea y de la OTAN, ni por pensamientos cándidos de una transformación de Rusia a través de la influencia de una Ucrania en la Unión Europea. Ucrania es un país independiente con sus instituciones y capacidad de decisión. Pero no deben pasar desapercibidas las injerencias, tanto rusas como de la Unión Europea.

Hay acusaciones de falseamiento al alza de las cifras de participantes en las movilizaciones de Euromaidan, ya que algunas cifras de manifestantes son imposibles de congregar en el espacio en el que estaban. Hay incluso acusaciones de retoque de imágenes, al estilo photoshop.

Detrás de las razones de Yanukóvich para no firmar el Acuerdo de Asociación y Libre comercio con la Unión Europea, parece estar que este no es todo lo favorable para el país que cabría esperar. Europa no ofrece una integración a Ucrania, sino un tratado de asociación y libre comercio, sin ningún tipo de ayuda económica o financiación ventajosa y en cambio con obligación de ejecutar una serie de medidas para  favorecer los intercambios comerciales con los países europeos, que a la larga se traducirían en reducciones de déficit presupuestario, con recortes, congelaciones salariales, subida de tasas, etc. Yanukóvich calificó el intento de tratado como un “intento de poner de rodillas a Ucrania”

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el comercio de Ucrania con Rusia es del 40%, por lo no se puede permitir el romper la armonización aduanera con Rusia. Además no está del todo claro, que los productos ucranianos pudiesen exportarse con facilidad a los países que ya forman parte de la Unión Europea.

Y para más añadido se encuentra el espinoso asunto Timoshenko, la ex primera ministra encarcelada por corrupción, al ser acusada de firmar unas condiciones lesivas en el acuerdo del gas de 2009 con Rusia precisamente, con presuntas compensaciones personales. Este acuerdo se ha calificado como muy perjudicial para Ucrania. Los países de la Unión Europea han exigido a Ucrania que libere a Timoshenko como prueba de buena voluntad en el avance de la democracia, alegando las autoridades que se trata de un delito común y no político.


Una historia entre la rusofilia y la rusofobia

El sentimiento de los ucranianos ante Rusia es complejo y se hallan muy divididos. Desde el punto de vista geográfico, la parte occidental de Ucrania es prooccidental y la oriental prorusa, pero este análisis es muy simplista, ya que en las dos partes hay hay prooccidentales y prorusos, así Odesa, puerto del Mar Negro, situada en la zona occidental, linguísticamente y sentimentalmente,  por tradición militar, es prorusa.

El punto de vista histórico tiene más peso que el geográfico. En favor de la rusofobia pervive el terrible recuerdo del Holodomor, hambruna creada por Stalin en esta región eslava que causó millones de muertos, así como la represión del nacionalismo ucraniano.

Pero a favor de la rusofilia se halla la historia común dentro de la URSS, el combatir juntos en las dos guerras mundiales, la prosperidad que halló Ucrania dentro de la Unión Soviética, y en general, las buenas relaciones que siempre han mantenido ucranianos y rusos.

Y también en contra de Occidente, se halla el mal recuerdo de la invasión nazi, invasión hecha a sangre y fuego.


Un difícil situación geopolítica

Ucrania mantiene una limitada alianza militar con Rusia y otros países de la CEI y una asociación con la OTAN desde 1994. En la década de 2000, el gobierno estaba inclinado hacia la OTAN y una cooperación más profunda con la alianza fue establecida por la firma del Plan OTAN-Ucrania de 2002. Más tarde se convino en que la cuestión de adhesión a la OTAN debe ser respondida por un referéndum nacional en algún momento en un futuro.

El papel de Ucrania en la escena internacional es complejo, sería bueno que Ucrania tuviera buena relación con la Unión Europa y con Rusia al mismo tiempo. La inseguridad de Rusia con Ucrania está unida a considerarla una de las cunas de su historia y que muchos rusos consideran que debería formar parte todavía de ella.

En ciertos círculos de la OTAN se considera a Ucrania con bastante importancia. En 1989 la Unión Soviética y Occidente acordaron que la OTAN rehusaba expandirse hacia su frontera Este. Pero lo cierto es  se están produciendo intentos de tener más influencia sobre este país.

Ucrania es un mercado de 45 millones de habitantes. No es ninguna broma. Dentro de la propia Unión Europea, hay posiciones encontradas. Los más interesados en ucrania son Alemania y Polonia, sin embargo Alemania tiene una gran dependencia del gas ruso, por lo que tampoco desea una posición hostil. También se ha hablado, más en el terreno de las conjeturas, de una política hostil hacia Rusia por el fracaso diplomático occidental respecto al tema de Siria.


La situación actual

La grave crisis política que padece Ucrania ha motivado la depreciación de su moneda, la grivna. La Unión Europea ha ofrecido ayuda para que mediadores de alto nivel participen en el diálogo entre Gobierno y oposición y para contribuir a la investigación independiente de la violencia de las últimas semanas. Esta propuesta parece ser bastante aceptada.

El dirigente opositor Vitali Klitschkó ha dado a Yanukóvich dos opciones: volver a la Constitución promulgada durante la Revolución Naranja de 2004 o convocar elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas, tras lograr la dimisión del Gobierno y la derogación de las leyes que coartaban la libertad de expresión y reunión.

La constitución de 2004 distribuía el poder ejecutivo entre el presidente, el Gobierno y el Parlamento, siendo enmendada en 2010 para convertir a Ucrania en una república presidencialista.

Entradas relacionadas: el mundo contemporáneo

Compartir
    Blogger Comentarios
    Facebook Comentarios

0 comentarios:

Publicar un comentario