Demostrando el mito de la abstención electoral: sólo perjudica al que se abstiene


Es creencia común y hasta cierto punto un mito o leyenda sin ningún sentido, ni lógica, pensar que al abstenerse en unas elecciones se va a perjudicar al gobernante o a la clase política. Todo lo contrario. La abstención sólo perjudica al que se abstiene.

Y vamos a demostrarlo matemáticamente con un caso completamente ficticio, pero que puede ser perfectamente real.


Como funciona el sistema electoral

Vamos a suponer que en la localidad de Prado del Mar hay 3.000 vecinos, en número redondo. El número es intencionado para que se puedan ver mejor las proporciones.

Pero, ¿cómo piensa políticamente Prado del Mar? Hay cinco formaciones políticas. Los partidos más votados son el D conservador y el I progresista. Han gobernado en alternancia, la mayor parte de las veces con mayoría absoluta y en otras apoyándose en los partidos minoritarios, el +I, a la izquierda del I, el C de centro y el +D a la derecha del D.

Se celebran las elecciones tras haber gobernado el partido I, tras su mala gestión y casos de corrupción, la mayoría del electorado está deseando echarle del poder. Y la única alternativa es votar al partido D. La gente vota con este fin y se registra una abstención muy baja.

En estas elecciones, los resultados electorales han sido los siguientes:

- +I: 195 votos
- I: 857 votos
- C: 120 votos
- D: 1325 votos
- +D: 87 votos
- Abstenciones y votos en blanco: 416 votos

Como establece la Ley de Régimen Local, el número de concejales de Prado del Mar es:

De 2001 a 5000 habitantes: 11 concejales

A continuación vamos a ver como se distribuyen estos escaños.

Según la Ley electoral se desestimarán las candidaturas con menos del 5% de votos respecto al total de votos, por lo que las formaciones C y +D no conseguirán concejal. Para el resto se aplicará el sistema D'Hont, inventado por el matemático belga del mismo nombre.

Se realizan varias divisiones según el número de escaños a cubrir, como son 11 escaños, serán 11 divisiones sucesivas:

D'Hont primeras elecciones

Se colocan los escaños obtenidos en orden decreciente hasta el número a cubrir, que son 11:

1325, 857, 663, 442, 429, 331, 286, 265, 221, 214, 195

El último (195) es la cifra repartidora o divisor común. El número de escaños de cada formación serán sus votos dividido por la cifra repartidora, redondeado claro está por defecto, así tenemos:

- D obtiene 1325/195 =  6 escaños
- I obtiene 857/195 = 4 escaños
- +I obtiene 195/195 = 1 escaño

Como podemos comprobar, el partido D, conservador ha obtenido la mayoría absoluta, por lo que puede gobernar sin si ningún problema. Sin embargo su gestión es desastrosa e incumple totalmente su programa electoral,  sube tributos locales y hay sospechas de corrupción. Entonces sus votantes deciden darle un castigo, absteniéndose de ir a votar o votar en blanco.


El resultado de una elevada abstención

Se celebran otras elecciones que arrojan los siguientes resultados:

- +I: 251 votos
- I: 754 votos
- C: 145 votos
- D: 1325 votos
- +D: 91 votos
- Abstenciones y votos en blanco: 862 votos

Como podemos comprobar, la abstención ha sido más del doble de las elecciones anteriores.

Se clasifican los cocientes obtenidos en orden decreciente, y se atribuyen los concejales al partido correspondiente a cada cociente, hasta completar el número total de concejales a asignar. El partido +D 4,25 % no entraría al no llegar al 5 % de votos.

D'Hont segundas elecciones

Los escaños obtenidos hasta 11 son:

897, 754, 449, 377, 299, 251, 224, 189, 179, 151, 150

La cifra repartidora será 150, así los escaños serán:

- D: 897/150 = 5 escaños
- I: 754/150 = 5 escaños
+I = 251/150 = 1 escaño

Gobernará presuntamente el partido I con los votos del +1. Pero las cosas no son tan sencillas.

El partido D ha impugnado los votos de una mesa electoral, porque sostiene que han sido manipulados o son erróneos. Hay que tener en cuenta que con sólo 3 votos más hubiera obtenido 6 escaños y la mayoría absoluta (900/150 = 6). Al ser tan pocos votos y haberse dado alguna irregularidad, aunque posiblemente por error y sin mala fe, ya que se alega que el Presidente de la Mesa Electoral estaba en estado de embriaguez (introdujo su papeleta varias veces y tachó a los votantes que no eran), por lo que se van a repetir las votaciones en esa mesa. Sin necesidad de comprar votos, el partido D pondrá toda la carne en el asador, prometiendo grandísimas mejoras en ese distrito electoral, por lo que no le será difícil conseguir esos tres votos que le faltan.

Por otra parte, el partido I y el +I no se terminan de poner de acuerdo, ya que el I entiende que los condicionantes que le impone el +I son muy radicales y quiere demasiado poder. Por otra parte, hay un concejal del partido I que está tentado por el transfuguismo...

Por todas estas razones, y a la espera del escritinio de la mesa conflictiva, se decide que va a gobernar la lista más votada: el partido D.

Pero hay un concejal del D al que le están sondeando los del I, ya que mantiene frecuentes discrepancias con la directiva del partido. Aunque tampoco es prioritario este asunto, ya que el D va a gobernar precariamente. Sería mejor dejar que se quemara en el mandato y ganar las próximas elecciones holgadamente.

En definitiva, los partidos que están más satisfechos con la abstención son precisamente a los que se ha pretendido castigar con la misma, los partidos D e I. Saben que siempre van a sacar tajada del pastel.

Los abstencionistas, que pretendían castigar principalmente a los partidos I y D, lo que han hecho ha sido confirmarlos. Nada ha cambiado con su actitud.


¿Qué hubiera sucedido si en vez de abstenerse muchos votantes hubieran votado a otros partidos?

Los abstencionistas han decidido que el sistema corrupto que representa la eterna alternancia de los partidos D e I debe acabar, por lo que deciden repartir sus votos entre los partidos minoritarios +I, C y +D.

Los resultados obtenidos hubieran sido entonces los siguientes:

- +I: 539 votos
- I: 754 votos
- C: 432 votos
- D: 897 votos
- +D: 378 votos
- Abstenciones y votos en blanco: 0 votos

Aplicando la Ley D'Hont y entrando todos los partidos, ya que todos han alcanzado al menos el 5 % de los votos, tendríamos el siguiente cuadro:

D'Hont sin abstención

Las cifras de los 11 escaños serían:

897, 754, 539, 449, 432, 378, 377, 299, 270, 251, 224

Y los respectivos escaños:

- D: 897/224 =  4
- I: 754/224: 3
-+I: 539/224: 2
- C: 432/224 = 1
- +D: 378/224 = 1

El panorama ha cambiado por completo. No se parece en nada al anterior. El partido D ni se va a molestar en impugnar la mesa electoral conflictiva. Ningún partido tiene la mayoría absoluta, ni se le aproxima.

Son necesarios grandes pactos para la gobernabilidad del Ayuntamiento de Prado del Mar. Y una condición que ponen los partidos +I, C y +D es acabar con la corrupción.

Se ha abierto un nuevo período en el municipio, es preciso llegar al consenso sobre los temas que afectan a los ciudadanos. Y gobernar con prudencia, honradez y transparencia porque el equilibrio es precario, pero al tiempo firme, ya que la proporción de fuerzas está avalada por los votos de los vecinos de Prado del Mar.

Como podemos ver, a un sistema electoral establecido de partidos políticos con mayorías no le afecta la abstención electoral. En cambio, ésta sólo perjudica a quien la ejerce.

Jaime Arroyo

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2 comentarios:

  1. Patético artículo! No demuestra nada,juega con los votos supuestamente emitidos para respaldar su postura y todo el supuesto de impugnación en una mesa electoral,trasfuguismo... Es absurdo atribuir ese problema a la abstención, ya que en el escenario en que nadie se abstiene o vota en blanco asigna un reparto de los votos diseñado para evitar el problema del escenario en que hay una mayor abstención, pero no hay razón para sostener que tal problema no pudiera darse cuando todos votan.

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    1. Estimado lector, los números no mienten y esto es una demostración matemática. Es cierto que los supuestos son un tanto extremos (transfuguismo, impugnación,...) y no tienen que ver con el hecho de la abstención en sí, pero se han hecho deliberadamente porque sí pueden cambiar las cosas por unos pocos votos en la administración local. No es nada difícil encontrar casos de elecciones municipales ganadas o perdidas por un sólo voto, incluso conozco una que se resolvió lanzando al aire una moneda porque las dos formaciones políticas que se presentaron a las elecciones habían empatado.

      Al contrario que en Europa, en España, la abstención es un mero dato numérico, sin valor electoral. En cambio en muchos países europeos, se considera un claro castigo al gobierno o al sistema de partidos. En este caso, sí podría ser un varapalo, al menos moral, pero no es el caso de España.

      Un saludo.

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